Testimonio.

Asesina no soy, tal vez realista, apaciguadora de ilusiones ajenas,
boicoteadora de las mías propias, pesimista por así decirlo, pero asesina no soy.
No pueden juzgarme por detener el pulso de un cuerpo que ya estaba sin vida
mucho antes de que yo lo estimulara a detener la respiración

Y ahora que yace inmóvil todos me señalan,
y cuando aquel me mato el alma nadie dijo nada,
nadie fue capaz de argumentar ni una sola palabra.

Es que eso no cuenta como crimen?
entonces a mi quien me hace justicia? quien me devuelve la fe y la caricia?
acaso el golpe tiene que ser únicamente en la mejilla para que duela?
o las palabras han de ser habladas en un solo idioma para que se entiendan?

Yo lo vi, si no fuera porque mis ojos son sinceros y me juraron no mentirme desde mi nacimiento,
me hubiera costado demasiado creerlo, pero lo vi,
y fueron mis pupilas quienes me contaron como se fundían sus cuerpos bajo velas,
y la luz del sol en aquella ventana armonizaba la escena.
Sus besos eran pecado y yo debía condenarlo.

Pero les juro que el ya no vivía, en verdad ya su alma estaba vacía,
estaba vacía porque me había mentido
y quien finge un te amo no merece estar vivo.

Así que yo solo desconecte ese cuerpo de su andar inútil y automático,
no podía tolerar mas el oxigeno mal gastado.
Entonces no entiendo porque soy juzgada por mi sutil acción
si yo solo maquille con sangre lo que el había vestido de traición.