Cuando la atmósfera tiene su momento cumbre de oscuridad,
Yo empiezo mi jornada.
Para mi aventura poder empezar,
Me abrigo bien y dejo las luces apagadas.
Me ubico en lo alto de mi rincón
Y espero callada
De fondo una buena canción
Y el alma emocionada.
Tengo al frío viento de anfitrión
Y una fantasía de almohada
La luna terca sigue en su balcón
Y una dosis de morbo sobre mi palma.
Comienza la historia de una pasión
veo las nubes enamoradas.
El lumínico lucero madrugador
Y algunas estrellas espantadas.
La creación palpita a mi alrededor,
Colores fluyen de sus entrañas.
Puedo ver la tierra parir al sol.
Milagro cotidiano de todas mis mañanas.
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